Algunas parejas se sienten tan bien el día de su boda, que se niegan a dejar atrás un día tan especial. Es el caso de Rhiann Woodyard y Cheetah Platt, una pareja de Los Ángeles a quienes les supo a poco casarse una vez… ¡y decidieron hacerlo 38 veces! El plan es tener una boda de 3 meses, pasando por todos los continentes…excepto uno (es muy caro casarse en la Antártida)
Rhiann y Cheetah son dos artistas aeróbicos que se conocieron en un congreso para artistas de este tipo en 2013. Él, cuyo nombre se traduce al castellano como «guepardo», se fijó en las mayas de estampado, del animal del mismo nombre, que llevaba ella, le dijo que le encantaban…y hasta hoy. Al prometerse, les fue difícil elegir un lugar o estilo concreto, por lo que se colgaron la mochila y empezaron a recorrer el Mundo celebrando Destination Weddings en hasta 12 países diferentes.
Hasta empezar esta original boda, Cheetah había estado en competiciones internacionales, por lo que había viajado bastante, mientras que Rhiann solo había estado en tres estados de Estados Unidos, lo que hacía para ella aún más emocionante la experiencia.
Pensaréis que está al alcance de pocos vivir esta experiencia, ¡pero no!: Según cuentan, decidieron gastar en viajes el dinero que les habría costado una boda convencional en California. Eso sí, nada de lujos: comida callejera y mucho albergue y coach surfing, pero bien merece la pena la experiencia, en palabras de Cheetah «prefiero vivir 3 meses como un campesino, 3 meses alrededor del Mundo, que un día como un Rey en mi casa».
En cada una de sus Elope Wedding sólo se repiten dos cosas: el mismo vestido y traje, y ellos mismos como oficiantes de la ceremonia, ya que antes de empezar esta aventura se ordenaron sacerdotes de la Iglesia Humanista Espiritual para no tener que depender de un oficiante que podría no ser fácil encontrar en según qué lugares del Mundo.
Quizá el mayor reparo que una pareja puede tener al plantearse una boda de este tipo, o cualquiera lejos de casa, es la reacción de la familia, que esperan una boda convencional a celebrar juntos. En el caso de esta pareja tan viajera, los padres de ambos dejaron un poco de lado su propia ilusión para apoyarles a hacer la boda que querían. Empezaron en Febrero en Bogotá (Colombia) y siguieron por Kenia, Marruecos, España, Egipto, India, Irlanda, Tailandia… para terminar el viaje en distintos puntos de Estados Unidos y finalmente realizando una boda real en casa.
Para él, sus lugares favoritos fueron las pirámides de Giza, mientras que ella se queda con las Cuevas Ajanta en la India, aunque si te das un paseo por su Facebook, verás que es difícil elegir sólo un sitio.
¿Quién se apunta a una aventura como esta? Si lo hacéis, apuntad Mallorca en vuestra ruta, estaremos encantadas de conoceros y que nos contéis vuestras aventuras.
Gracias por leernos una vez más. ¡Nos leemos en 7 días! 🙂
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