Que las tradiciones están cambiando, es un hecho: Las parejas de hoy en día, suelen estar viviendo bajo el mismo techo desde algún tiempo antes de la boda, están trabajando y, de media, se casan alrededor de los 30 años; por ello no debe resultar sorprendente que, en los meses previos al enlace, surja algún «imprevisto«. Hasta hace no muchos años, las chicas que se quedaban embarazadas antes de la boda solían optar por aplazar el evento o realizar una ceremonia casi a escondidas, por supuesto, dejando de lado el vestido blanco con el que habían soñado desde pequeñas…pero, ¿por qué renunciar a tu boda de película si es lo que quieres? Desde Blanc i Negre Events te animamos a hacer de tu boda una doble fiesta, y es que, ¿qué mayor prueba del amor que se tiene una pareja, y qué momento de mayor felicidad, que concebir una nueva vida?
Hoy te damos algunos trucos para que tú y tu barriguita disfrutéis de una gran boda:
1. Hemos de dar por sentado que no todo el mundo entenderá tu decisión de seguir adelante con una boda tradicional, sobre todo las personas más mayores. Habla tranquilamente con ellos y explícales cómo te sientes, y tu gran deseo de celebrar esa doble felicidad con ellos. Piensa que las personas que realmente te quieren no te juzgarán y respetarán cualquier decisión que tomes.
2. Pide ayuda: lo último que necesitas es estrés de más. Elige un wedding planner que lo organice todo por ti y te haga todo «el trabajo duro», incluyendo horas de búsqueda y comparación de presupuestos y servicios, y todo el estrés que conlleva controlar que el gran día esté todo perfecto.
3. No rechaces un bonito vestido blanco por ser «virginal», de hecho, el color del vestido de novia se puso de moda después de que la Reina Victoria de Inglaterra, en el siglo XIX, se casase de éste color; después, se le atribuyó un simbolismo de pureza y virginidad pero, seamos honestos, hoy en día no es más que el color tradicional para casarse. Son muchas las firmas de trajes nupciales que tienen una línea para novias en «estado de buena esperanza», y por supuesto un diseñador te podrá hacer un traje a la medida de tu situación y de tus gustos. Eso sí, ten en cuenta de que a lo largo de las pruebas, el vestido irá cambiando al mismo ritmo que tu cuerpo, por lo que déjate asesorar por el experto en qué estilo es el más adecuado y más fácil de modificar: elige telas ligeras y que no te aprieten en exceso, no tanto por marcar barriguita o no, sino porque te sientas cómoda durante horas.
4. Elige unos zapatos que te sean fáciles de llevar, hay manoletinas preciosas y comodísimas para tu boda, como te enseñamos en este post. Eso sí, no olvides el resto de accesorios: el velo, el ramo y el viejo, azul y prestado deben seguir siendo parte de tu outfit nupcial, sea cual sea tu estado.
5. Ten en cuenta el menú. Informa al cocinero de todo aquello que no puedes comer para que te prepare un menú alternativo pero igual de delicioso que el de tus invitados, (eso sí, pídele a tu futuro marido que se limite a comer el jamón serrano cuando tú no estés delante 😉 ) Del mismo modo, pide cócteles sin alcohol para el momento de la barra libre. ¿quién dijo que una chica embarazada no se lo puede pasar bien en su boda? Y no te olvides de beber agua a menudo, es muy importante que te mantengas hidratada!
6. Planea una luna de miel. De hecho, algo que está muy de moda últimamente son las «BABY MOON«: las parejas que están «embarazadas» se van de viaje a relajarse y disfrutar su intimidad antes de que nazca el nuevo miembro de la familia. No te aconsejamos ir a Nueva York, pero…¿quién dice que no te vendrá bien un masaje relajante en un hotel junto a una maravillosa playa donde te lo den todo hecho?



